sábado, 1 de noviembre de 2014

Hemos vuelto a Quioquitani

Esta mañana he vuelto a Quioquitani. Después de una larga travesía no sin contratiempos en la que no dejaba de pensar en el agradable ambiente que había de recibirme.
Cómo ha cambiado este lugar, cómo han transformado las calles, las casas y las personas.
Todavía recuerdo cuando yo caminaba por los empedrados callejones, cómo muchos de mis paisanos hacían un gran esfuerzo para realizar sus preparativos para recibir a sus muertos. Recuerdo el olor a flores, chocolate, atole y en los días previos a esta fecha, el aroma de los hornos y las artesas de amasar en donde las familias alegremente preparaban los panes.
Todavía me parece ver a los niños en el campo recogiendo ramas de chamizo para limpiar los hornos y a los señores con sus hijos volviendo de las fincas cafetaleras por "tañ yux".
Sí, eran otros tiempos, otras personas y otra dinámica. Pero el espíritu es el mismo hoy en esta nueva generación que poco o nada ha cambiado sus creencias y la tradición permanece intacta.
Esta mañana he llegado a Quioquitani y aunque ya casi no escucho las campanas ni veo a muchas señoras con su tenate lleno de regalos, algo muy fuerte permanece, algo que hacer que los vivos vuelvan de tan lejos a visitar el panteón y convivir un poco con los vivos recordando a los muertos.
Yo como muchos que hemos vuelto esta mañana, estamos listos para recorrer la comunidad y ver a nuestros familiares y entrar por los arcos adornados con carrizo y cempasúchil para consolar a nuestros seres queridos un rato.
No somos malos espíritus como muchos piensan, tampoco somos monstruosas figuras como nos dibujan ni somos personas medio vivas o medio muertas con gusanos en la cara y mucho menos somos un saco de huesos con la cara descifrada. 
Cuántas estupideces se han creído en nuestro honor!!!
Somos sí muertos pero no monstruos, somos personas como nos conocieron sólo que invisibles. Eso lo saben muy bien los quioquitecos, por eso no se burlan ni se atemorizan con nuestra presencia. Por eso me gusta volver aquí cada año, como hoy.

Esta mañana he vuelto al frío pueblo de Quioquitani, mi pueblo. Y vengo listo a dar y recibir amor de mis seres queridos y este hermoso sitio que un día me vio nacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en este blog, su comentario ha sido recibido. En breve será moderado.